Abrir los brazos en forma de cruz. Cerrar los ojos y oler ese agua marina... Esbozar una pequeña sonrisa, y a la vez que abres los ojos, una ola te salpique con pequeñas gotitas la cara. Entonces grito con alegría:
¡Jodido mundo, aún sigo aquí!
¡Jodido mundo, aún sigo aquí!
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